jueves, 1 de julio de 2010

El que escupe pa'rriba le cae en la cara

Dicen que el sentido común no es tan común nada. Creo que a veces esto salta a la vista ya que es sorprendente cómo la gente en su actuar se olvida (o quizás no lo sabe) del simple argumento que se atrinchera detrás de la realidad: las cosas son como son y pueden ser distintas. Otros dicen que el sentido común es invisible (en el caso de lo tengas) ya que a veces "me dices que te mire y no te veo". Pero, lo que es lamentable es que cuando el espacio del sentido común se llena con la presencia de engaños truculentos que te quieren hacer ver lo que no está, escuchar lo que no suena y hasta hablar sin palabras.

Viendo la realidad a través de la falacia, buscan convencernos de la realidad de las irrealidades convenientes (pero para ellos). De allí la vacuidad del discurso de algunos muchos, hinchado de reducciones al absurdo, en donde todos los demás son culpables de hacer lo que a ellos no les gusta. La falta de sentido común les impide ver la sencilla trama de la vida cotidiana en donde se le dice al pan, pan y al vino, vino y como el Poseidón se los lleva la ola y los voltea en el mar de la sin razón como bien dice el bolero:

"No es falta de cariño, te quiero con el alma,
y en nombre de este amor y por tu bien te digo adiós"

Los descalabros sin sentido y si te vi no me acuerdo

Según Juana, los sinsabores de la vida diaria van en aumento como el precio de la gasolina, ya que de pronto algunos y otros se han dado cuenta que no les alcanzan los "dóla pa' comé" y/ o lo que les pagan no cubre los miles de "dóla que les costó la maestría". Estos grupos desafectos a todo lo que afecte han descubierto como afectar rápidamente a los demás por medio de gritos, empujones y pellizcazos en la vía pública. No son muchos ni pocos, pero caminan rápido y en un dos por tres recorren calles y avenidas cantando y bailando al son de entonados improperios y rechiflas causando daños irreparables a los oyentes al producirles una especie de nausea cerebral. Se quejan de su miseria y de la ajena, de la hoy y la de mañana, de la ignominia de la pandilla que les rompió la vajilla.

Todos los días se presagian acciones y reacciones a las manifestaciones de los quejumbrosos, quienes liderizados por la Mayuli y la Urmila en aquelarre interminable y en berrinches incontrolables vociferan de todas maneras sin temor a la correteadera. Los que dizque enseñan lo poco que saben y quieren más dóla por hacer lo mismo y pior, han iniciado una guerra sin cuartel contra los que deben soltar el chenchén y no lo hacen, y están dispuestos a derramar hasta la última gota de lo que sea menos de guaro. Con este fin, los que se han dado en llamarse los azotamentes, recorren calles en deslucido frenesí dispuestos a soltar denuestos y puñetes a diestra y siniestra, siempre y cuando los contendientes sean más chicos y flacos. De lo contrario, a correr se ha dicho.... y si te vi no me acuerdo.

Transitar de un lado a otro de la ciudad se ha convertido en un calvario ya que no se sabe por donde andan los que no te dejan andar. La razón de la sinrazón cambia constantemente, por lo que no se sabe que ni donde ni cómo ni cuando. Por eso recomendamos utilizar los servicios del listomóvil de mi amiga Juana la Lista mientras se ordena el desorden y puedas atravesar las desafinadas procesiones y/ o los sudorosos contrafuertes humanos que con toda desmesura no dejan pasar a nadie que no sea ellos mismos. El listomóvil, está provisto de un rayo de neutrones que le permite desplazarse entre los resquicios de los electrones y protones provocando reacciones nucleares y químicas en los materiales alcanzados y su consecuente destrucción. Ante los embates de la turbamulta utiliza su arma psiónica que los combate creando explosiones mentales que pulverizan las chirriantes consignas.

El que callar no puede, hablar no sabe Seneca

Hoy he amanecido musical, por lo que he decidido regalarles la lírica reggetónica de mi nombre... "Me dicen la Juana, la Juana Peña y al que se mete conmigo lo hago leña; Es bueno que respeten a la joven meña, la que sé no va con nadie pues ella es su dueña" Y sigue la canción con el siguiente pregón: "También me dicen la callejera, la "street fighter" la que reparte puñetes en todas partes y no hay quién se lo aguante por el dolor galopante"

Radio Querosín ha estado prendida en los últimos días con todas las últimas noticias que van y vienen, entre la visita de un dizque VIP, los desaparecidos, los choques, los encuerados (as) a orillas del río y los asesinatos. Los radio-comentaristas "embuchados" de noticias, no logran desenredar el "rechinchat" de quién mató a quién, ni cómo ni donde, lo que es mucho decir, pues eso se nota........ ya que después de todo, "lo que pasó, pasó". El problema es que no todos dicen lo que saben y otros no saben lo que dicen y así entre una cosa y otra no se dice lo que hay que decir.

Entre los caminos retorcidos de la vida cotidiana, me encontré con mi sobrino Cosme quien anda arrebatado pues ahora por razones de seguridad la Asamblea de Disputados ha promulgado una ley que establece un sistema de tatuajes para identificar a los ciudadanos: buenos, malos, regulares y sin gracia. Dicen que también es una forma de acabar con el estigma del tatuaje y sacarlo de las cárceles, cantinas y barcos de mala muerte a su nuevo status de "sticker", etiqueta epidérmica. A aquellos fuera de toda sospecha se les tatuará un ángel en la nalga derecha; a los sospechosos leves una mariposa viajera en la pantorrilla izquierda; a los sospechosos severos una lechuza en la palma de las manos y a los criminales convictos y confesos una guadaña en la frente.

Para la selección y "etiquetamiento" de la población el gobierno hizo su "outsourcing" directo y sin las fastidiosas cotizaciones, contratando unas "pisiquicas" o adivinadoras. Y para suerte de la familia mi sobrina Simona y su amiga Mitzaya que practican este arte milenario han salido favorecidas a pesar de que no tienen conocidos entre "los grandes".

Ellas a través del fondo del vaso (lleno o vacío) te leen la vista, donde, dicen ellas que saben de eso, queda grabado todo lo que viste. Con la ayuda de una PC atómica, van a cruzar las visiones según la edad, sexo, estado civil y el vestido que lleva puesto y así, con toda transparencia se puede saber quién hizo qué. De

Las Insurreciones de los Insurrectos

Hacía buen tiempo que no conversaba con mi amiga la ilustre Juana Peña que con su gran talento desenmascara filisteos por doquier. Me cuenta que estuvo de viaje y al regresar encuentra al país sufriendo una epidemia de insurrecciones, lo que la ha llenado de desasosiego. En los dos últimos años ha habido innumerables protestas, por una cosa o por otra ley, por los aumentos y los ensanches, por los muchos crímenes y criminales sin nombre y por los desatinos de los que mal escogen...

Dice la Juana que este gran desorden entre otras cosas te indica complicidad y encubrimiento por parte de las autoridades y demás interesados, por lo qué: los que deben cuidar no cuidan y roban y matan y los que deben defender agreden y humillan por doquier. Según Juana, a ella le contaron que es tal el tráfico de influencias que los "leguleyos padres de no sé quién" no se dan abasto intercambiando figuritas entre primos y parientes, amiguitos y los compadres de mi papá. ¡Qué horror! Según Juana hay que temer, ya que parecida era la cosa en los tiempos de la venta de indulgencias, que si bien muchos compraron, los que

Últimamente, son muchos los asesinatos y suicidios, en particular entre las parejas que algún día se amaron. ¿Cosa rara esta? dice Juana Se quieren tanto que se dan de puños, patadas y empujones y cuando esta desmesura se les queda chica, el agresor (que casualmente es hombre) les da de tiros. Esa es otra

Me dijo Juana Peña, que a ella le contaron por la red que un personaje, de los señalados con el dedo se vio en vuelto en una de esas trifulcas domésticas en donde empujaba por doquier y en privado a la Señora, hasta que se hizo pública la azotaína. Y en mal momento... cuando entre una larga lista de candidatos había sido escogido precisamente para defender lo indefendible que generalmente afecta a las desposeídas de bienes y de afectos. Una avalancha de clamores iracundos envuelve a la ciudad, dando tumbos entre periódicos, emisoras y televisoras y finalmente las calles se tiñen de rosado con el andar de las

El recién escogido dizque por su don de gente, pureza de alma y gran corazón, se transforma en personaje indómito y levantisco. Con una sonrisa torcida y mirada fulgurante, falto de toda ecuanimidad, según nos cuenta la Juana, arremete contra todo lo que mueva. Dice varias veces, que todo es puro "bullshhhhtttttttt" de los proclives funcionarios que corrigen los males sociales; Ellos solo buscan favorecer a las mujeres (no se con

Me contaron y lo olvidé, lo vi y lo entendi, lo hice y lo aprendi. Confucio

Estando hablando Juana Peña y su "fren" Josefainn, comentaban qué por aquello de alguna crisis hay muchos "comiéndose un cable" a falta de otro "refine"; según ellas hay un pocotón gente sin trabajo, dizque porque no hay puestos libres ya que los viejos ni se jubilan ni se mueren. Es lo que hoy día les da por llamar la crisis demográfica por larga vida.

Dicen ellas que los desempleados andan más prendidos que velas en cuaresma, contándoles las canas a cuanto funcionario encuentran para ver si logran calcularles la edad. Hasta se contrataron al sociólogo el Dr. Edigio Menagio quién les inventó una matriz, la jubila-métrica (Jume), donde se correlaciona el número de canas con los años de vida, controlando la intervención del estrés y alimentación. Tenemos entonces que la tasa bruta de jubilación se saca con la siguiente fórmula: (número de canas por pulgada2 / Pob. de 50 y más años de edad) por 1000. A mayor número de canas mayor edad, pero se excluyen los casos en que se tengan canas pero no arrugas, pero se incluyen los que tengan muchas arrugas aunque pocas canas. Según mi amiga "la maestra jubilada" esto va a presentar serios problemas al contar las canas por aquello del "exe óptico"

Pero de todas maneras "la calavera es ñata". El otro día haciendo mi fila de jubilada en una oficina pública escuchaba con no poco temor los comentarios ácidos y estridentes de unos hombres que hacia buen rato "parqueaban" al final de la fila de los supuestos jóvenes poco bellos. Murmurando con acidez que estaban hartos de ver a ese poco de viejas sinvergüenzas pasar primero que ellos solo porque dizque son jubiladas. ¡Míralas! Decía uno de ellos, "esa vieja t´a entera, ni bastón usa y té apuesto que hasta marido tiene". Cuándo la última jubilada llegó a la caja, los jóvenes iracundos gritaron al unísono ¡ni un jubilado más!!! Fue entonces cuando la jubilada se volteó y con la gran certeza poética que da la edad les dijo: "Yo estoy aquí no por lástima sino por ley. Si no les gusta, vayan a la Asamblea, contraten sus maestros con megáfonos y a gritar se ha dicho o se los comen los bichos. Y cómo son las cosas allá, para cuando los atiendan, ya tendrán mi edad y nada de qué quejarse".

Con la comida pasa otro tanto. Me decía mi amiga psicóloga, la Dra. Loquela que era una vergüenza que pidiera descuento por un emparedado que no costaba ni $5.00, que cualquier día iba a pedir descuento por una soda como cualquier "ratiblich". Bueno realmente

REMINISCENCIAS

Iniciamos las crónicas de la vida y milagros de Juana Peña y sus amigos, allá por el año 88, un domingo 24 de enero del siglo pasado. Eran tiempos tumultuosos que presagiaban aquello que dice que "lo que mal empieza mal acaba", lo que todo el mundo sabe pero no quiere saber. Que estas reminiscencias nos sirvan de reflexión, pues como dijo alguien que sabía de todo "la historia se repite en espiral" y aquí esto no se ha acabado.

En nuestro patio sigue predominando la voz de "radio Querosín", a pesar de las computadoras y demás yerbas aromáticas. La verdadera verdad del "qué es lo que es" se sabe en la calle. Montada en su "bucéfalo" Juana Peña va de un lado a otro de la ciudad observando matrimonios, entierros, fiestas de cumpleaños y una que otra manifestación y así poco a poco cuenta lo que cualquier otra "lengua mortal decir no pudo".

Los amigos de Juan Peña son en su mayoría gente pobre pero decente, "rabiprietos" del arrabal; no son personajes ficticios y cualquier parecido con la realidad no es casualidad. Sus días transcurren en un solo "tejemeneje" y un solo tira y jala buscando el pan. Todos andan a pie o en "diablo rojo", lo cual puede ser una ventaja hoy día ya que no tienen que preocuparse por ver donde se estacionan o porque le rompan los vidrios.

Hoy nos cuenta Juana Peña la muerte a tiempo del hijo de una amiga. Este siempre andaba por ahí buscando la forma de ganarse la vida, pero con tan mala suerte que siempre se metía en líos con unos y con otros. Esto al fin de cuentas vino a resolverle el problema, ya que no tuvo que pensar más en ganarse la vida, pues la perdió.

Todo terminó una noche. Ese lunes en vez de ir a buscar el pan con la plata ajena, salió con unos amigos a buscar unas "giales", cuando un tipo a quien él había bolseado el otro día lo alcanza a ver y sin pestañear para no espantarlo, con su filo le "midió el aceite". Todo fue tan rápido y en ese momento, de un solo golpe le quitó dos oportunidades al mismo tiempo: la continuar con su vida y/o arrepentirse de ella.

En el barrio todos se conmovieron con su muerte, lo lloraba su madre, sus hermanos, sus mujeres, aquellos que solo lo conocían de oídas, en fin "tutirimundi", pues da la casualidad que esa noche él no estaba haciendo nada malo, sólo cogiendo fresco con sus amigos. Todos comentaban la tragedia, la "sal del tipo" que el día que va a "flintear" se lo llevan en los cachos.