jueves, 1 de julio de 2010

Las Insurreciones de los Insurrectos

Hacía buen tiempo que no conversaba con mi amiga la ilustre Juana Peña que con su gran talento desenmascara filisteos por doquier. Me cuenta que estuvo de viaje y al regresar encuentra al país sufriendo una epidemia de insurrecciones, lo que la ha llenado de desasosiego. En los dos últimos años ha habido innumerables protestas, por una cosa o por otra ley, por los aumentos y los ensanches, por los muchos crímenes y criminales sin nombre y por los desatinos de los que mal escogen...

Dice la Juana que este gran desorden entre otras cosas te indica complicidad y encubrimiento por parte de las autoridades y demás interesados, por lo qué: los que deben cuidar no cuidan y roban y matan y los que deben defender agreden y humillan por doquier. Según Juana, a ella le contaron que es tal el tráfico de influencias que los "leguleyos padres de no sé quién" no se dan abasto intercambiando figuritas entre primos y parientes, amiguitos y los compadres de mi papá. ¡Qué horror! Según Juana hay que temer, ya que parecida era la cosa en los tiempos de la venta de indulgencias, que si bien muchos compraron, los que

Últimamente, son muchos los asesinatos y suicidios, en particular entre las parejas que algún día se amaron. ¿Cosa rara esta? dice Juana Se quieren tanto que se dan de puños, patadas y empujones y cuando esta desmesura se les queda chica, el agresor (que casualmente es hombre) les da de tiros. Esa es otra

Me dijo Juana Peña, que a ella le contaron por la red que un personaje, de los señalados con el dedo se vio en vuelto en una de esas trifulcas domésticas en donde empujaba por doquier y en privado a la Señora, hasta que se hizo pública la azotaína. Y en mal momento... cuando entre una larga lista de candidatos había sido escogido precisamente para defender lo indefendible que generalmente afecta a las desposeídas de bienes y de afectos. Una avalancha de clamores iracundos envuelve a la ciudad, dando tumbos entre periódicos, emisoras y televisoras y finalmente las calles se tiñen de rosado con el andar de las

El recién escogido dizque por su don de gente, pureza de alma y gran corazón, se transforma en personaje indómito y levantisco. Con una sonrisa torcida y mirada fulgurante, falto de toda ecuanimidad, según nos cuenta la Juana, arremete contra todo lo que mueva. Dice varias veces, que todo es puro "bullshhhhtttttttt" de los proclives funcionarios que corrigen los males sociales; Ellos solo buscan favorecer a las mujeres (no se con

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